Bruxismo

La articulación temporomandibular (ATM) es la articulación que une la mandíbula y el cráneo, y que hace posible abrir y cerrar la boca. Es una de las articulaciones más importantes del organismo con unas características funcionales especiales y de gran complejidad. Está formada por una serie de estructuras anatómicas (ligamentos, cóndilo, disco articular, músculos, etc.), que en condiciones de normalidad se encuentran en perfecto equilibrio pero  cuando éstas estructuras sufren alteraciones o entran en un proceso de degeneración se produce una disfunción temporo-mandibular. Uno de los trastornos de la ATM más frecuentes es el Bruxismo.

El bruxismo es una parafunción mandibular caracterizada por el hábito involuntario de rechinar o apretar los dientes, que se puede producir durante el día o la noche y que afecta tanto a niños como adultos. El bruxismo es más frecuente durante el sueño y  también es más difícil de controlar porque el paciente no es consciente de que rechina o aprieta los dientes.

Las fuerzas que libera el bruxismo no solo afectan a las articulaciones maxilares, sino que sobrecarga y daña también los músculos masticatorios y los propios dientes. Además, puede provocar tensiones en la zona de la cabeza y el cuello así como dolor de cara y de cabeza. Aunque el bruxismo no es un problema grave puede llegar a causar lesiones dentales permanentes y dolores en la mandíbula a largo plazo.

La causa principal que desencadena el bruxismo es el estrés, pero también existen otros factores que pueden contribuir a su aparición: la alineación inadecuada de los dientes, determinadas enfermedades (esclerosis múltiple), la postura, etc.

Los síntomas principales son:

  •     Estrés y Ansiedad
  •     Desgastes dentales que en ciertos casos pueden ir acompañados de sensibilidad dental
  •     Dolor en la zona de los oídos y en la mandíbula, sobre todo al despertar.
  •     Chasquidos y clics articulares.
  •     Limitación de la apertura de la boca.
  •     Dolor de cabeza, cuello y cervicales.

 

En la actualidad, no existe ningún tratamiento que en si mismo resuelva el bruxismo. Sin embargo, se pueden paliar las molestias que provoca el bruxismo y prevenir los daños mediante el uso de férulas de descarga cuyo objetivo es proteger los dientes y evitar que se desgasten, así como proteger la articulación. También, el empleo de técnicas de relajación, los ejercicios fisioterapéuticos, el tratamiento con calor y los masajes contribuyen a relajar la musculatura de masticación.

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